Señor, confieso que no me gusta el rechazo. Quiero ser amado, aceptado, respetado por la gente. Sin embargo, Tú eres controversial y me llamas a ser como tú. Dichoso soy cuando sufro por la verdad y la justicia. Dichoso soy cuando se burlan de mi, no por la torpeza de mi pecado sino por mi fidelidad a Ti.
top of page
bottom of page