Devocional
En El camino de Emaús iban dos discípulos desanimados y tristes. Habían visto a Jesucristo morir como un criminal y sus sueños estaban destrozados. Sin embargo, el crucificado no estaba muerto, caminaba con ellos y les compartía las Escrituras. Sus corazones se llenaban de un fuego divino. Hay muchas personas con esperanzas rotas y el Cristo vivo está caminando junto a ti. Jesucristo no está clavado en una cruz. El ha resucitado y camina contigo en tus tristezas y dolores.
Abre tu corazón y deja que sus Escrituras enciendan tu corazón con el fuego de su amor eterno.
