Devocional
Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece. Esto contrasta con el espíritu del mundo que nos dice: Confía en ti. El pobre en espíritu tampoco se jacta de sus progresos ni de sus logros y al reconocer su bajeza, mira a los demás como superiores. Estos son los bienaventurados. Estos son dichosos.
